Apolo, músico e inspirador de poetas

María de Jesús Tinajero

Se cuenta que el mundo grecorromano era gobernado por una serie de deidades que podemos ubicar en dos grupos: las divinidades de la naturaleza y los dioses olímpicos. Las primeras eran personificaciones de ríos, árboles, vientos y otros elementos naturales. En cambio, los doce olímpicos habitaban en el legendario monte Olimpo. Uno de ellos era Apolo, hijo de Zeus y Leto. Los relatos sobre su nacimiento son variados en cuanto a los detalles, pero la mayoría concuerda en que nació en la isla de Delos, la cual, en honor a este evento, sería reconocida como patria del dios y consagrada a su culto

Ya desde el siglo VI a.C. 1, los griegos retrataban a Apolo sosteniendo la cítara 2 y con el atuendo propio de los músicos, que consistía en una túnica larga y un cinturón de tela ancho. En la Grecia clásica, un citaredo o citarista era un artista que no sólo tocaba la cítara, sino que también componía cantos o poemas para acompañar sus melodías. Así, “Apolo citaredo” es el símbolo de la música y la poesía, pues para la cultura griega son una y la misma cosa.

Diversos episodios mitológicos relacionan a Apolo con la música y la poesía desde su nacimiento. Según algunas fuentes, Zeus 3 entregó a Apolo, recién nacido, tres obsequios que serían después símbolos de identidad para el dios: una mitra de oro, una lira y un carro tirado por cisnes.4 El mito nos cuenta que siete cisnes del río Pactolo anunciaron el nacimiento del dios con su canto y, como homenaje a este evento, Apolo le puso siete cuerdas a su lira. 5

En esta representación del dios es evidente la presencia de la música a través de la lira o de la cítara; sin embargo, es preciso observar que el canto de los cisnes estuvo muy estrechamente ligado a la belleza, a la música y, por extensión, a la poesía. De hecho, la imagen de un nacimiento anunciado por cisnes provenientes de un río recrea un recurso muy empleado por los poetas grecolatinos: el tópico del locus amoenus, que consiste en imaginar el ambiente perfecto para la inspiración poética. En este locus solía describirse un río, un ambiente rodeado de naturaleza, cantos de aves, la sombra de un árbol y otros tipos de sonidos agradables. El rumor del río era un elemento importante dentro de este tópico, pues representaba la inspiración poética.

De esta forma, podemos relacionar el canto de los cisnes con la poesía, pues la experiencia poética en la Antigüedad no significaba lo mismo que para nosotros. La poesía para la cultura grecolatina estuvo ligada durante muchísimo tiempo a la recitación y, más bien, al canto, pues no sólo no se leía en voz baja y de manera íntima, como se acostumbra en nuestros días, sino que era todo un espectáculo: los versos, que tenían detrás toda una estructura muy precisa de composición basada en el ritmo y en la cantidad silábica, es decir, en el tiempo, se cantaban y eran acompañados por la música y por la danza.

También cuentan los mitos que la primera hazaña de Apolo fue asesinar a Pitón, una profetisa monstruosa con forma de serpiente que habitaba al pie del monte Parnaso 6 y que ocasionaba innumerables destrozos en la ciudad. Una vez muerto el monstruo, el dios se erigió como patrono de los oráculos en Delfos. Griegos y romanos acostumbraban consultar al oráculo para saber cómo actuar en situaciones concretas a partir de las predicciones que éste les proporcionaba. Asimismo, se sabe que los oráculos daban sus predicciones en fórmulas versificadas y que además se pensaba que este dios inspiraba de igual manera a adivinos que a poetas. 7 Así, otro punto de la poesía que atañe a Apolo es el carácter sagrado que ésta llegó a tener en diversos aspectos de la vida en la Antigüedad.

Frecuentemente suele representarse a Apolo presidiendo los concursos de las musas en el monte Parnaso. El culto de Apolo estuvo íntimamente ligado al de las musas, invocadas constantemente por los poetas como fuente de inspiración. Según diferentes versiones de los mitos, con algunas de ellas engendró a reconocidos músicos: a Lino y Orfeo 8, con Urania y a los coribantes 9, con Talía. Incluso cuentan que fue padre de Pitágoras, el notable matemático y figura de suma importancia para la música como arte de los números.

Por otro lado, una de las versiones sobre la adquisición de la lira por parte de Apolo cuenta que el joven Hermes 10, ingenioso desde el nacimiento, robó los bueyes a Apolo y éste, al admirar que el pequeño Hermes había inventado la lira, intercambió su ganado por el instrumento.

Finalmente, sobre la estrecha relación de Apolo con la poesía, se sabe que los Juegos Seculares del 17 a.C. se celebraron sobre todo en su honor. Estos eventos se celebraban cada fin de siglo y en ellos se llevaban a cabo sacrificios y representaciones teatrales. Precisamente en los Juegos del 17, se presentó el Canto secular de Horacio, uno de los más grandes poetas latinos. 11

La mitología siempre será parte fundamental de la identidad de los pueblos. Así como hoy en día muchas naciones se identifican en gran medida a través de su religión, la Grecia y Roma antiguas poseían y transmitían todo un sistema de valores y de identidad a través de los relatos mitológicos sobre la genealogía y hazañas de los dioses y héroes, que fundaban ciudades o granjeaban victorias a sus patrias. En ese sentido, Apolo es un reflejo de que tanto la música y como la poesía, en esencia, siempre serán una y la misma cosa.

Ilustración: Carlos Espadas

Referencias:

1 Miguel Ángel Elvira Barba, Arte y mito. Manual de iconografía clásica, (Madrid: Sílex, 2008) 170.

2 La cítara es un instrumento de cuerdas que en la Grecia antigua era pulsado en conciertos, competencias, obras teatrales y festivales. Era más grande y de composición más compleja que la de otros instrumentos de cuerda de la época, como la lira; consistía en una caja de resonancia, generalmente de madera, con forma de vasija ahuecada en cuyo centro había un par de manijas que servían de sostén durante la interpretación. En la parte superior tenía un puente con el cual se ajustaban y sostenían las cuerdas. Alison Latham, Diccionario enciclopédico de la música (México: Fondo de Cultura Económica, 2008) 320, 830, 877 y 1015.

3Cf. el Himno homérico a Apolo o Calímaco, poeta y erudito alejandrino que vivió entre los siglos IV y III a.C

4Cf.Pierre Grimal, Diccionario de mitología griega y romana (Barcelona: Paidós, 1989) 35.

5 Para consultar las fuentes grecolatinas que cuentan las variantes de los mitos relacionados con el nacimiento y el origen de Apolo, recomendamos Mitología clásica de Antonio Ruiz de Elvira (Madrid: Gredos, 1982) 75-82.

6Cf. Ruiz de Elvira, Mitología clásica, 79.

7 Grimal, Diccionario de mitología, 37.

8 Se cuenta que Lino fue el inventor de la poesía lírica y que enseñó las artes de la música a su hermano Orfeo, famoso músico y el mejor tañedor de la lira de todos los tiempos que bajó al inframundo a rescatar a su amada Eurídice.

9 Los coribantes eran sacerdotes y bailarines, formaban parte del cortejo de Dioniso, deidad relacionada estrechamente con el género poético de la tragedia.

10 En el panteón griego, Hermes es el dios mensajero, relacionado con el ingenio y la creación, especialmente la creación relacionada con la manufactura, con la confección de artefactos hechos con las manos.

11 Grimal, Diccionario de mitología, 38.

Bibliografía:


Calímaco. 1980. Himnos, epigramas y fragmentos. Intr., trad. y notas de Luis Alberto de Cuenca y Prado y Máximo Briosos Sánchez. Gredos: Madrid.

Elvira Barba, Miguel Ángel. 2008. Arte y mito. Manual de iconografía clásica. Madrid: Sílex.

Grimal, Pierre. 1989. Diccionario de mitología griega y romana. Barcelona: Paidós.

Hesíodo. 1982. Teogonía. Intr., trad. y notas de A. Pérez Jiménez y A. Martínez Díaz. Madrid: Gredos.

Higinio. 2009. Fábulas. Intr. y trad. y notas de Javier del Hoyo y José Miguel García Ruiz. Madrid: Gredos.

Himnos homéricos. 1978. Trad., intr. y notas de Alberto Bernabé Pajares. Madrid: Gredos.

Latham, Alison. 2008. Diccionario enciclopédico de la música. México: Fondo de Cultura Económica.

Persio. 1987. Sátiras. Intr., trad. y notas de Germán Viveros. México: UNAM.

Ruiz de Elvira, Antonio. Mitología clásica. Madrid: Gredos.